Con el paso del tiempo es inevitable que algunos de nuestros tesoros hayan sufrido daños.
Las gomas han perdido elasticidad, el polvo ha hecho estragos en sus pelucas y ropas, y lo peor de todo golpes, roturas, desprendimientos de yesos.
Es aquí, donde procuramos darles esa segunda oportunidad de volver a recuperar su esplendor y hacer nuevamente feliz nuevo a su propietaria.